Entrevista Javier Carnero

Claudia Pastor 6 de noviembre de 2018 0
Entrevista Javier Carnero

Javier Carnero, consejero de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta de Andalucía, afronta en esta entrevista, con decisión y sin complejos, uno de los grandes retos de la comunidad: la necesidad de una industrialización al estilo de las economías más competitivas de nuestro entorno.

Valora positivamente la dotación de infraestructuras y equipamientos, tanto para la generación, transferencia y aplicación de conocimientos como en lo referido a comunicaciones, lo que es un estímulo para la implantación de nuevas empresas.
Entre las cosas a mejorar, destaca la elevada tasa de mortandad de las empresas de nueva creación, el reducido número de empresas de alta y media alta tecnología y la escasez de empresas de gran tamaño.

Y como objetivo, Javier Carnero se propone nada menos que elevar la aportación de la industria al VAB hasta el 18%, recuperar el empleo industrial perdido, reducir un 10% la tasa de temporalidad, incrementar en un 50% las empresas innovadoras y aumentar un 20% las empresas exportadoras. Todo un reto.

Según su opinión como Consejero de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta de Andalucía, ¿cuál es la situación actual de la industria andaluza? ¿Con qué fortalezas cuenta y cuáles son sus puntos de mejora?
Para la elaboración de la Estrategia Industrial de Andalucía, y también en las negociaciones previas que mantuvimos para la firma del Pacto por la Industria, se elaboró un diagnóstico muy completo de las debilidades y fortalezas del sector. Sería muy extenso detallárselo aquí, pero intentaré resumírselo pese al riego de dejarme aspectos muy importantes en el tintero.
Como puntos fuertes, destacaría una adecuada dotación de infraestructuras y equipamientos, tanto para la generación, transferencia y aplicación de conocimientos (no en vano, tenemos 10 universidades públicas y una privada, más que muchos países de tamaño medio), como en lo referido a comunicaciones, entre las que destacaría la relevancia de puertos como Algeciras y Huelva, de la red de autovías que vertebra a todas las provincias, la de alta velocidad, aeropuertos internacionales, etcétera. Todo ello representa un conjunto de oportunidades para la implantación de nuevas empresas. Asimismo, hay áreas de actividad con una enorme densidad empresarial, y empresas muy bien posicionadas, algunas de ellas muy vinculadas con los recursos del territorio donde están localizadas. Tenga presente que, por ejemplo, cada uno de los grandes proyectos mineros ahora operativos cuenta con alrededor de un centenar de empresas contratadas para la prestación de servicios muy diversos, algunos con un alto grado de innovación. Y muchas de ellas, la mayoría diría, tienen su sede social en el entorno del yacimiento. En cuanto al capital humano, hay una buena base formativa, sobre todo procedente del ámbito universitario.
En cuanto a los puntos de mejora, el diagnóstico nos señala algunos muy importantes que vamos intentar atajar con la Estrategia y el Pacto por la Industria. Me refiero, por ejemplo, a la elevada tasa de mortandad de las empresas de nueva creación; a un escaso número de empresas de alta y media alta tecnología; a una excesiva presencia de micropymes en el sector; problemas de productividad; dificultades de financiación; carencias formativas en áreas muy concretas, como los idiomas; o aún un bajo número de empresas exportadoras. Son carencias importantes a las que estamos atendiendo desde el Gobierno andaluz

 

El Pacto de la Industria que ha firmado la Junta de Andalucía, ¿qué objetivos principales contempla? ¿Cuáles son los sectores que se ven implicados en él?
Por empezar por la segunda pregunta, tengo que aclarar que la Estrategia y el Pacto no están diseñados en “vertical”. Es decir, no es una planificación que está nucleada en sectores muy concretos, sino que recoge objetivos horizontales y transversales para todas las áreas de actividad. No obstante, sí tenemos en consideración que hay subsectores muy importantes que son tradicionales y han hecho un papel tractor muy importante. Me refiero a la minería, el transporte, la aeronáutica, naval, química, agroindustria. Y por supuesto toda la parte del sector vinculada a las nuevas tecnologías o la biotecnología, entre otros
Con respecto a los objetivos, al igual que en el caso del diagnóstico, hay una amplia lista de retos que nos hemos marcado. Por citarle solo algunos: elevar la aportación de la industria al VAB hasta el 18%; recuperar el empleo industrial que se ha perdido con la crisis y reducir un 10% la tasa de temporalidad; incrementar en un 50% las empresas innovadoras del sector; aumentar un 20% las empresas exportadoras… Son sólo algunos de los más importantes. Sin embargo, hay otro que va más allá de cifras y porcentajes: y es que todo profesional, entidad o empresa pueda sentirse partícipe del gran proyecto que representa la transformación del sistema productivo andaluz. Queremos una Andalucía industrializada, y eso –como decimos siempre- no es un objetivo que pueda conseguir una Administración específica o un Gobierno: es tarea de todos, una suma de esfuerzos. Y ahí, en esa voluntad de encontrarnos, pensamos que el Pacto está llamado a ejercer un buen papel.

 

Una de las quejas del sector industrial andaluz es la tramitación administrativa necesaria, ¿cómo va a afrontar usted desde la Consejería este asunto?
Ya nos hemos puesto a la tarea en los aspectos que son de nuestra competencia. Además de ser un elemento que se abordará en los órganos de cogobernaza que hemos establecido en la gestión de la Estrategia, y que cuenta con presencia de agentes sociales, expertos y todo tipo de agentes vinculados al sector, en la parte que nos compete directamente, como por ejemplo las nuevas órdenes de incentivos que ha puesto en marcha la Agencia IDEA, hemos apostado por una mayor agilidad administrativa en la tramitación. Ahora bien, para ser justos también querría destacar importantes innovaciones que se han llevado a efecto en los últimos años: hablamos, por ejemplo, del tramitador PUES, una plataforma que facilita los trámites en aquellos proyectos que no requieren de la autorización administrativa, pero que deben ser comunicados a la Administración antes de su ejecución para su registro y control, o del tramitador HAPR, que permite la tramitación electrónica de los procedimientos para la expedición de las habilitaciones profesionales y para la presentación de declaraciones y comunicaciones, en materia de industria, energía y minas. Estas herramientas no sólo facilitan trámites a las empresas, sino también ahorro de tiempo y dinero. También estamos muy satisfechos con el Portal Andaluz de la Minería, que permite a cualquier inversor interesado realizar múltiples gestiones online, así como tener acceso a un ingente volumen de información; o del portal habilitado para la tramitación de certificaciones energéticas, que reduce a unos cuantos clics el cumplimiento de la norma establecida a ese respecto. Queda camino por recorrer, pero hemos dado pasos relevantes.

 

La Estrategia Industrial de Andalucía 2020 contempla ese año como clave para la modernización de la industria. ¿Cómo se intentará cumplir con los objetivos planteados para esta fecha?
Con distintas medidas que se articularán a lo largo de estos años, algunas ya iniciadas como las órdenes de incentivos que antes mencioné, que cuentan con 229 millones de euros. También va a haber un seguimiento constante tanto por los órganos de cogobernanza como por las propias herramientas de seguimiento que ha establecido la propia Estrategia.

 

En cuanto a empleabilidad, ¿qué porcentaje de población en Andalucía se encuentra empleada en la industria y cuál es el porcentaje del PIB que representa este sector? ¿Cómo se aborda la reducción del paro en el Pacto?
El objetivo que nos hemos marcado en este caso es volver al nivel de ocupación que teníamos en el sector antes de la crisis, cuando nos situábamos en los 533.798 ocupados, y nos queda mucho trabajo por delante, sin duda, pero algo ya hemos avanzado. El pasado año, por ejemplo, el sector industrial fue el que más empleo creó, con un crecimiento de 34.500 ocupados.
Pero no es bastante. En estos meses estamos elaborando un plan de empleo para la industria, en el que prevemos invertir 200 millones de euros, en el que también fijaremos como retos reducir un 10% la tasa de temporalidad y en un 30% la de accidentes laborales graves y mortales en sector.
Con respecto a la pregunta sobre el PIB, los datos que manejamos es que aporta más de un 12% al conjunto de la economía. Nuestro objetivo en este aspecto es muy ambicioso, y pretendemos elevar su peso hasta el 18%.

 

La baja productividad merma el avance de la industria andaluza, ¿qué plantea la Consejería que usted dirige para que esta productividad crezca?
Es una de las deficiencias que detectamos en el diagnóstico previo y, sin duda, está muy presente en toda la Estrategia Industrial, donde nos proponemos tanto apostar por un crecimiento del número de empresas como de los índices de calidad, innovación y productividad. Partimos de un punto de vista muy claro: la competitividad no pasa por reducir los costes laborales, como han hecho algunos países asiáticos. Por lo tanto, nuestra apuesta es que la mejora de la cualificación de nuestro capital humano y la innovación sean las palancas diferenciales frente a otros modelos industriales que no compartimos, y que son incompatibles con un desarrollo sostenible y con nuestro modelo social.

 

Respecto a las ayudas económicas para la I+D+i y pymes, se han presupuestado 229 millones de euros para nuestra comunidad. ¿Cómo se van a adjudicar estas ayudas económicas y de qué medidas paralelas irán acompañadas? ¿Cómo se evaluará su efectividad desde la Administración?
Estos incentivos forman parte también de la Estrategia Industrial de Andalucía y el Pacto por la Industria, y la Agencia IDEA ya tiene abiertas las convocatorias para que las empresas puedan acceder a los incentivos. Con respecto a la efectividad, hay un seguimiento individualizado de cada ayuda que se concede, para ver si se han cumplido objetivos de creación de empleo, inversión, etc. Y la Estrategia Industrial de Andalucía incluye también mecanismos de seguimiento y de evaluación en varias fases.

La crisis económica de la última década, ¿cómo ha afectado a la industria en Andalucía? ¿Qué planes y empresas se vieron más afectadas y cómo se ha desarrollado esta circunstancia hasta el presente?
Quizás el efecto más evidente fue la pérdida de empleo que antes le comenté, y que motiva uno de nuestros principales objetivos de la Estrategia. En términos globales, se cifra en un 15% la caída que sufrió en el sector industrial en Andalucía. Y si algo nos enseñó la crisis y la salida de la crisis, es que aquellos territorios que contaron con un sector industrial más fuerte han sufrido menos la recesión, y han sido capaces de salir antes de ella. Por eso queremos que la industria sea el motor del crecimiento en Andalucía.

 

El anuncio de ajustes en empresas como Alestis Aerospace o Abengoa ha puesto en tela de juicio la viabilidad de algunos proyectos de ingeniería dentro de Andalucía, ¿cree que se han podido solventar de la mejor manera? ¿Qué conclusiones extrae la Administración de estos casos?
No comparto que ambos casos hayan puesto en tela de juicio la viabilidad de la ingeniería andaluza, para mi sigue siendo un claro ejemplo de éxito empresarial. No quiero citar nombres por no herir susceptibilidades, pero hay multinacionales y empresas que están en la cabeza de todos, que han sabido afrontar la crisis e incluso han podido salir reforzados.
Además, ambos casos son muy distintos. Si algo tienen en común fue que sus dificultades estaban aparejadas a problemas financieros, pero ni el origen de esos problemas, ni el desarrollo, ni la envergadura, ni la casuística es similar.

 

Con respecto a Europa, ¿cómo cree que se percibe el esfuerzo por la industrialización de Andalucía? ¿Es valorada nuestra comunidad autónoma dentro del Espacio Económico Europeo?
Creo que es evidente que se respeta y valora a Andalucía, sobre todo porque se siguen respaldando con fondos europeos nuestros esfuerzos por asentar e impulsar un sector industrial que sea el centro de nuestro crecimiento. Europa, además sigue muy de cerca el progreso de los programas que ponemos en marcha y sus resultados.

 

Sobre la inversión de capital en Andalucía, ¿cuál es el presente y qué objetivos se ha planteado la Junta de Andalucía para atraer a más empresas? En cuanto a empresas nacionales y extranjeras, ¿cuáles son las que más invierten en esta comunidad?
Los datos más recientes de los que disponemos nos dan unas perspectivas muy positivas que nos llevan a ser optimistas en este aspecto. El último Barómetro del Clima de Negocios en Andalucía desde la Perspectiva del inversor Extranjero, que elabora IDEA junto al ICEX y el IESE Business School de la Universidad de Navarra, reflejaba que el 96% de las empresas encuestadas preveían mantener o aumentar sus inversiones y un 94% también planeaban hacer lo mismo con respecto a sus plantillas.
Este mismo informe señala que las áreas más valoradas por los inversores extranjeros son las infraestructuras y la calidad de vida de nuestra comunidad, y que el crecimiento de la inversión extranjera bruta en nuestra tierra se sitúa en el 104%.
En esta área, IDEA desarrolla una extraordinaria labor como captadora de inversiones, con un equipo específico que presta el servicio Invest in Andalucía, que ayuda a las empresas extranjeras a establecer o ampliar su negocio.

 

¿Qué papel juega la ingeniería industrial en el proceso de industrialización de Andalucía? ¿Cómo se plantea la Junta de Andalucía atraer a los ingenieros jóvenes y evitar su marcha a otros países?
Es vital. Como ya le he comentado antes, la Estrategia Industrial de Andalucía apuesta por un modelo de sector cuya competitividad se base en el conocimiento, en la innovación, en modelos de futuro como la Industria 4.0, no en una competitividad que se base en bajos costes a costa del capital humano. Y en este campo, la ingeniería es la columna vertebral para conseguirlo. La implicación de las distintas asociaciones de ingenieros en el pacto por la Industria está siendo igualmente muy importante.
Con respecto a su segunda pregunta, además del programa de Retorno del Talento, debemos lograr que las empresas se involucren en mejorar sensiblemente las condiciones laborales de sus plantillas en varios aspectos, no solo el salarial, y avanzar mucho terreno en calidad en el empleo. En este terreno, el decreto que antes le comenté que estamos elaborando para poner en marcha un Plan de Empleo industrial jugará un papel muy importante.

 

¿Qué expectativas de futuro maneja la Junta de Andalucía respecto a su industria? ¿En qué sectores incidirán para la industrialización (aeronáutico, naval, de caminos…)?
Bueno, como le dije al principio de la entrevista, la Estrategia aborda el desarrollo del sector desde un punto de vista horizontal aunque se incluya en algunos capítulos concretos una apuesta sectorial. Sectores como los que menciona, el aeronáutico, naval, son ejemplos de sectores que podemos considerar tradicionales pero que tienen un amplio recorrido en el futuro y por los que vamos a seguir apostando. Pero no hay que olvidar las importantes expectativas de crecimiento que presenta la minería metálica, la extraordinaria importante y fortaleza de nuestra agroindustria y su capacidad exportadora, sectores ligados con la energía, nuestros importantísimos polos químicos, aquellas actividades industriales ligadas más de cerca a las nuevas tecnologías, la biotecnología o incluso la industria auxiliar de la construcción.

 

En definitiva, ¿qué valoración hace hoy día del Pacto por la Industria? ¿Qué otras medidas, planes, pactos o propuestas se contemplan en un futuro que supongan un fuerte impulso económico para Andalucía?
El Pacto por la Industria es un importante logro en si mismo, porque no es siempre fácil que todos los actores implicados, gobierno, agentes sociales, asociaciones empresariales, de ingenieros, se unan en un objetivo común, como es poner la industria en el centro de nuestras prioridades para el desarrollo económico de Andalucía. Superamos además ya las 1.500 adhesiones al Pacto, se han puesto en marcha los órganos de gobernanza que incluye la Estrategia Industrial y una de las principales herramientas, las órdenes de incentivos de IDEA, que cuenta con 229 millones de euros, ya están en marcha. Creo que en muy poco tiempo hemos recorrido bastante camino en este sentido.
Con respecto a nuevas medidas, planes, he ido desgranando muchos de ellos a lo largo de la entrevista, y con la intención de no alargarme, le añadiría otros que no he mencionado, como la Estrategia Minera de Andalucía; el Programa de Incentivos para el Desarrollo Energético Sostenible de Andalucía, que cuenta con un presupuesto de 231M€ hasta 2020; el Plan Andalucía Smart; nuestra amplia batería de incentivos para el sector comercial; el futuro Plan Estratégico para la Incorporación de la Ciudadanía a la Sociedad Digital cuya elaboración ya se ha aprobado en Consejo de Gobierno; o la Estrategia de Impulso del Sector TIC Andalucía 2020, que cuenta con otros 200 millones de euros de financiación, entre otros instrumentos de planificación.

 

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