“Salvo algunos casos aislados, las subvenciones han anestesiado a los agricultores en materia de innovación”

admin 10 de noviembre de 2015 0
“Salvo algunos casos aislados, las subvenciones han anestesiado a los agricultores en materia de innovación”

La revista ‘Andalucía Industrial’ entrevista a Mariano Orte, ingeniero industrial especializado en la planificación y ejecución de proyectos en la industria agroalimentaria.

Natural de San Fernando (Cádiz), estudió Ingeniería Industrial en la Universidad de Navarra. Desde el año 1975 está dedicado en exclusividad a la realización de proyectos de ingeniería, mayoritariamente en el sector de la empresa privada. Tiene una gran experiencia como proyectista en la industria agroalimentaria y de piscifactoría. Desde 2013 trabaja en AIPORA Ingeniería.

1. ¿Podría apuntar dos grandes fortalezas y debilidades de la industria alimentaria andaluza?

Entre las fortalezas destacaría que contamos con un amplio territorio, con unas importantes infraestructuras de almacenamiento hidráulico e instalaciones de regadío y un clima con muchas horas de sol, que es templado durante los meses en los que Europa, nuestro gran consumidor de productos hortofrutícolas, atraviesa su invierno frío. Otra gran fortaleza es la amplia variedad de productos que elabora nuestra agroindustria y también el hecho de ser líderes en el mercado español.
Entre las debilidades resaltaría que una parte importante de los directivos de las sociedades del sector agroindustrial de Andalucía no cuenta con formación ni tradición empresarial y por esta razón la toma de decisiones en muchas de estas empresas no se hace con criterios profesionales. Otra debilidad podría ser la dependencia de subsectores agroindustriales de las ayudas económicas europeas. Por último, se podría mencionar la falta de potencial en el ámbito de la investigación genética de semillas, lo que supone una hipoteca externa para nuestra agroindustria.

2. ¿Qué sector de la industria alimentaria andaluza es el que más le sorprende por su innovación?

Quizás el sector lácteo: las dos grandes empresas de leche y derivados existentes en Andalucía entiendo que han hecho un fuerte esfuerzo inversor en innovación y desarrollo para poder poner en el mercado nuevos productos dietéticos y pseudo-medicinales.
La gran mayoría de las industrias alimentarias suministran a grandes cadenas de supermercados. Por esta razón son constantemente auditadas para asegurar las garantías sanitarías y de reducción de costes productivos, recibiendo habitualmente propuestas de manera continua de mejora. Esta dinámica, inducida por sus propios clientes les obliga a una innovación constante que no suele tener relación con el mundo de la investigación pero si genera una constante actualización tecnológica.

3. ¿Cuál es su percepción general del sector agroalimentario andaluz en estos momentos?

Durante los últimos 35 años ha cambiado mucho la agroindustria en Andalucía, se ha desarrollado con fuerza, ha recibido un fuerte empujón económico desde Europa. En este periodo de tiempo se ha implantado toda la reglamentación agroalimentaria que viene de Europa, la Administración sanitaria ha desarrollado departamentos de control y seguimiento de las industrias alimentarias, que apenas existían anteriormente. Hemos observado cómo poco a poco muchas de estas empresas empiezan a ser dirigidas por profesionales universitarios que además han realizado estudios de dirección de empresas y másteres en escuelas de negocios, lo que es muy importante porque de esta manera la toma de decisiones en las empresas se hace de manera más rigurosa y profesional. Por otro lado, siguen existiendo muchas pequeñas empresas, la mayoría de ellas cooperativas, muy vulnerables a los movimientos sociales en su entorno y que han de agruparse en sus comarcas por sectores para conseguir ser más fuertes y competitivas.
Por último, mencionar que el sector agroalimentario tiene como asignatura pendiente el atraer a los jóvenes hacia la agricultura. La edad media actual de los agricultores es elevada y no parece que las nuevas generaciones del medio rural estén decididas a continuar con el trabajo que ahora realizan sus padres.

4. ¿Cómo han incidido las ayudas de la Unión Europea a la industria alimentaria andaluza?

Tengo mis dudas sobre el efecto de la política europea de subvenciones. Si observamos las provincias con menos dependencia en las subvenciones, como Almería y Huelva, son las que han planteado una economía agrícola más liberalizada y competitiva, y además son las que aportan más desde el sector agroalimentario al PIB andaluz. Por otro lado, podemos observar lo que ha ocurrido en la inmensa parcelación del Bajo Guadalquivir, todo en regadío, con excelentes condiciones climáticas; en este caso el cultivo del algodón, cultivo dominante en la zona, subvencionado desde hace más de 35 años, cultivo cómodo y con rendimientos económicos garantizados, podemos decir, salvo algunos casos aislados, que las subvenciones han anestesiado a los agricultores en materia de innovación, haciendo que no se planteen otros cultivos alternativos que no les den acceso a productos y mercados más rentables y liberalizados.

5. ¿Considera que los cultivos del norte de Europa son un peligro para la industria alimentaria andaluza?

Estas inversiones fuertemente tecnificadas, que realizan los holandeses y ahora los irlandeses también, tienen que ver con su clima. Las plantas no crecen en el invernadero si este no tiene una temperatura templada y no cuenta con bastantes horas de luz en su interior. Ellos recurren a unas tecnologías energéticamente muy eficientes, en la mayoría de los casos apoyándose en la geotermia, para climatizar los invernaderos y darles luz artificial 24 horas. Así las plantas interpretan que ‘ha llegado el verano’ y crecen rápidamente. No podemos olvidar que con la eficiencia aprovechan un 35 % más la energía aproximadamente, pero al fin y al cabo necesitan pagar la energía que consumen. Nosotros en Andalucía, en ese mismo momento, con nuestro clima lo podemos hacer sin gastos energéticos, la desventaja que tenemos es que después necesitamos transportar las verduras recolectadas dos o tres mil kilómetros.
De todas formas, la competencia que viene de Marruecos es menos tecnificada pero empieza a ser más evidente. Solo hay que volver a España desde Marruecos por el nuevo puerto de Tanger-Med y observar el movimiento de camiones frigoríficos que van entrando en los barcos en fila uno tras otro. Este movimiento de mercancías, en buena parte hortofrutícolas, era muy reducido hace diez años.

6. Los ingenieros españoles que se dedican al sector alimentario, ¿son muy demandados en el extranjero?

Yo creo que la ingeniería agroalimentaria española está muy bien valorada en el exterior. El sector agroalimentario es un sector maduro en Europa. Llevamos muchos años aplicando reglamentaciones comunitarias, que son conocidas por todos los agentes que intervenimos en el sector: los empresarios, la Administración, las ingenierías, los fabricantes de bienes de equipo, los laboratorios, etcétera. No ocurre lo mismo en Sudamérica, o en el norte de África, en los países de esas áreas geográficas hay que explicarles muy detenidamente el papel que jugamos las ingenierías en el proceso de implantación de una industria; en muchos casos es un frigorista o un fabricante de bienes de equipo el que les orienta sobre cómo tienen que hacer las cosas. Por tanto, cuando ellos perciben que les puedes poner todos los conceptos de su inversión en orden, lo valoran muy positivamente. En Estados Unidos nos valoran mucho cuando nos ven dirigiendo la totalidad del proyecto, con una visión que lo engloba todo. Sus ingenieros actúan cada uno de ellos en áreas parciales: estructuristas, eléctricos, de instalaciones mecánicas, el que urbaniza el edificio por fuera, el arquitecto, etcétera; y se sorprenden de que haya alguien que trabaje en todo simultáneamente, les gusta que exista ese papel.

7. ¿Cuál es el proyecto relacionado con el sector de la industria alimentaria que más le ha apasionado hacer realidad en su dilatada carrera?

En realidad no podría hablar de un solo proyecto. De los ejecutados en Andalucía yo mencionaría una desmotadora de algodón, una fábrica de concentrado de tomates o una industria cárnica que estamos poniendo en marcha en Córdoba. La verdad es que podría mencionar bastantes más. De los realizados en el extranjero yo destacaría una fábrica de vegetales congelados en Texas. Aquello fue un reto, le pusimos mucha pasión, salió muy bien y lo recuerdo con mucha satisfacción.

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